Cien años acompañando por las calles de Sevilla a un mismo paso no es algo corriente, antes bien, pocas son las músicas dedicadas a nuestra Semana Santa que han alcanzado ya esa venerable edad. Este año 2018 se cumple el primer centenario del estreno de los Motetes al Stmo. Cristo de la Coronación que compuso don Vicente Gómez-Zarzuela y Pérez. La obra está integrada por tres piezas cuyo número uno es “Christus”, el segundo “Tuam coronam” y el tercero “Christi dolorum”. El orgánico está formado por una flauta, un oboe, un clarinete en Si y un fagot, además de cuatro niños tiples que cantan los textos. Ni que decir tiene que esa formación fue una gran novedad y que su composición tuvo una motivación excepcional. Remontémonos brevemente a aquella época.
El año 1918 fue el año de la renovación total del paso del Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, de la Hermandad del Valle. De hecho ese año se estrenó un paso nuevo, el de los «espejitos», que sigue procesionando, aunque después de haber sido restaurado a fondo recientemente. Pero cuando digo esto, no me estoy refiriendo solamente al estreno del canasto del paso, sino que ese año estrenó además los cuatro faroles de metal dorado, el juego de faldones, bordados por don Juan Manuel Rodríguez Ojeda que sirven además, por su diseño, como respiraderos, el misterio fue despojado de los sayones que atormentaban al Señor y lo que es más importante de todo: el escultor don Joaquín Bilbao interviene la Sagrada Imagen para modificar la postura de las piernas pues hasta entonces las había tenido paralelas, dándole una pose más natural y sustituyendo el tronco arbóreo donde reposaba la imagen por un asiento sin respaldo. En definitiva se estrenó un paso completamente nuevo, proyectado para que el Stmo. Cristo saliera solo en él. Mas adelante se le añadieron otras figuras que afectaron al paso, pero esa es otra historia. Don Vicente Gómez-Zarzuela remata este estreno integral componiendo la obra citada que interpretaban, además de los músicos correspondientes, cuatro niños cantores que iban vestidos con unos pequeños trajes copia exacta de los de los canónigos de la Catedral.
La vida de esta obra musical, naturalmente, ha sufrido variaciones a lo largo de su historia. Por ejemplo durante muchísimos años se han interpretado con un orgánico diferente, compuesto por un oboe, dos clarinetes en Si y un fagot además de los niños cantores, quizás buscando más volumen instrumental. También ha habido años en los que han salido los músicos solos, sin niños cantores. Durante muchos años solo se interpretaba el primer motete “Christus”. Y para terminar decir que los trajes de canónigos que vestían los niños y que yo alcancé a conocer, cuando se deterioraron definitivamente, fueron sustituidos por un atuendo diseñado por el pintor don Francisco Maireles Vela, consistente en una sotana roja con sobrepelliz blanco. Avatares de una vida longeva.
Así que este año, cuando oigamos de nuevo las bellas melodías salidas de la fértil pluma de don Vicente Gómez-Zarzuela en las voces infantiles acompañadas por la capilla instrumental, ante el conjunto que preside el dulce Cristo coronado de espinas, nos recordará que ese conjunto artístico lleva ya cien años mostrándonos, con la elegancia que le caracteriza, el sacrificio de Nuestro Redentor por todos nosotros. Y quizás también nos haga reflexionar para que caigamos en la cuenta de la fugacidad de la vida, pues nadie de los que las oyeron por primera vez vive para contarnos como fue aquel Jueves Santo, 24 de marzo de 1918 cuyo centenario ahora conmemoramos.
José Manuel Delgado Rodríguez
de la Sociedad Española de Musicología